"Puta vida tete, odio madrugar" dijo mi yo más filosófico a las 8 y media de la mañana. Sí, "madrugar" es duro. Cojo el autobús de Pueblo Paleta para reunirme con R que nos deja en la estación cochambrosa para perder un cochambroso tren. Da igual, todavía es MUY PRONTO, no hay que preocuparse.
-¿A dónde vamos?
-Ni idea, pensé que lo sabías tú.
Así. Así empiezan los planes que molan. Esta parte me la salto que somos nosotros andando por polígonos industriales y saludando a animales atropellados hasta llegar a Faunia, misterioso lugar alojado en el quinto pino literalmente hablando. Ya llegamos... ya llegamooooooos!!
La foto de la desesperación
Muchos bichos, muchas plantas. Más bichos, sí, guay not bad. Y llegamos al que acabó siendo el lugar que dio sentido a nuestra caminata por Vallecas... LOS MONOS!!
Este ejemplar tan simpático es un mono ardilla amarillo o Saimiri. Es muy juguetón pero a la vez es muy vergonzoso. Como veis, debe su nombre al color de la cola y los flancos del cuerpo. Come insectos y arañas pero también nectar y frutas, por lo que es aconsejable y muy sensato dejar la comida a un lado cuando vayamos entrar en el recinto. Fue mi animal favorito y a este tan mono le llamamos Amedio.
Os lo dije, no le gustan las fotos.
Entramos a la "jungla" como tres veces y no pudimos resistir la tentación de hacernos un selfie con los loros. Estos no sé de qué especie son pero me parecen simplemente asombrosos. Ese patrón de coloración lo usan para la comunicación con sus compañeros. Probablemente sea importante para la reproducción. ¡Ojalá saber más de animales!
"HOLA CÁMARAAAAAAA"
Bueno, vale. No fue nuestro mejor día para posar (oh mi cansacio omfg) pero nos reímos demasiado y me encantaría repetir. Si habéis llegado hasta aquí podéis seguirme en Twitter o Instagram y espero publicar otro post antes del año que viene si puede ser.
xoxo, Marta